Ya sé que desde que dejó de chupar no asusta tanto. Que desde que dejó la falopa perdió la impunidad y es más previsible.
También soy conciente que, en mi caso, ya lo colecciono más que lo degusto en la lectura.
Como sé que antes, cuando tomaba y se abrazaba aspirando a sus demonios, era el único tipo que era capaz, aún en un libro, de perder todos los límites, supuestamente, humanos.
Era de la especie esa que “encaminaba a una criatura de cinco años hacia una carretera poblada de enormes camiones. En casi toda una página te contaba el recorrido del infante dubitativo y tropezando. Lo acercaba a la ruta donde los monstruos a 120 km/h acechaban. Lo ponía al borde. Y ahí…donde cualquier otro inventaba un freno intempestivo o un manotazo salvador él, en cinco líneas, destrozaba, despedazaba al chico sin consideración”.
Un verdadero hijo de puta.
Que empecé a leer, paradójicamente, otro 21.
Desvelado después de la joda quedé insomne hasta el segundo, tibio, día de primavera en mi pueblo de tilos y palmeras donde el sol mañanero alejó, por fin, los fantasmas que el tipo había inventado.
Stephen King cumple hoy 60 años.
Mostrando entradas con la etiqueta terror. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta terror. Mostrar todas las entradas
Monstruos del 21
Publicado por
mecano59
en
9/21/2007 12:19:00 a. m.
Etiquetas: libro, Stephen King, terror 0 comentarios
Suscribirse a:
Entradas (Atom)