El pasado es el que se tiene aunque no se quiera

Las equivocaciones (más o menos graves) forman parte, aunque no queramos, de nuesta vida.
Sin embargo hay algunos errores más difíciles de comprender.

El propio Timmerman lo dice en el reportaje escrito que le respondió a Perfil cuando se lo consultó sobre su postura editorial como Director en el diario de época La Tarde, que como casi todos los medios de ese momento, apoyaba la sangrienta dictadura militar del año 76: "—La veo indefendible. Yo tenía varios años de militancia en la JUP y, por lo tanto, un grado de concientización política más alto que el promedio de jóvenes de mi edad (22 años), debería haber tenido otra conducta."

Por eso, la cuestión no pasa solamente por arrepentirse.
Es fundamental no sobreactuar.

Timmerman, al revés de su jefe político y esposo de su nueva jefa política, fue militante, luego complaciente y después, también es sabido, denunciante de la dictadura en plena dictadura.

Sus jefe/jefa, sin embargo, fueron militantes activos (según cuentan) y después, cuando la cosa se puso pesada, silenciosos abogados que desde el sur enriquecieron su pecunio sin volver a mirar hacia el norte cuando en la Argentina moría y desaparecía muchísima gente.

Ahora (y no cuando ejercían una influencia importante como intendente él, legisladora ella, gobernador varios años él) con la fuerza del máximo poder que dá una presidencia de la Nación no solo volvieron a ser militantes de la causa (lo que está muy bien) sino que impulsaron la revisión de la política de olvido e impunidad que en la Argentina se había instalado (por debilidad o convencimiento) sobre los crímenes de lesa humanidad (lo que está más que muy bien) pero a su vez, en el mismo acto, "re-escribieron" su historia borrando sus propias flaquezas (lo que está muy mal).

Arrepentirse de alma de un error actuando en consecuencia con verdad y justicia no borra los traspiés del pasado pero enaltece el presente potenciando lo que viene porque es una forma de "pagar" esa grosera falla. Esa actitud es la que te pone en un lugar mejor.

Sin embargo el negado (por interés o egoísmo) aunque es capaz de tomar una resolución histórica sobre el tema desde el Estado que administra es tan mezquino en su accionar individual que necesita de otra historia que oculte la propia realidad pretendiendo, precisamente, no pagar absolutamente ninguna culpa apropiándose de lo que no fue capaz de sostener en la propia acción. 

Que pensará Timmerman que responde cuando le preguntan si fue presionado o tuvo miedo para actuar de la forma en la que actuó: "—Los sentimientos son un tema personal que no deben, ni debieron, justificar los actos ni las conductas que he tenido" de los que influenciados, tal vez, por esos mismos sentimientos olvidándose largo tiempo de la cuestión se enriquecieron, construyeron poder y ahora pretenden ser ESE ejemplo que no se debió abandonar.

¿Jodido no?