Porqué será que hay voces que se transforman en involvidables.
No hablo de cantantes, actores o personalidades de TV o radio que ingresan vía repetición en la memoria.
Hablo de ella en este caso.
¿Cuánto hacía?
Una sideral cantidad de años.
Y un celu, que generalmente no respondo los fines de semana si no es un conocidísimo el que llama, comienza a despertame con una vibración por el que un "anónimo" reclama que volviera del sueño.
Y obviamente solo alcanzó a decir : -Hola.
Pudo haber sido cualquier palabra en cualquier idioma e igualmente la hubiera conocido.
Pudo haber carraspeado y hubiera sabido que era ella, que lo hacía cerrando los ojos con esa forma típica de aclararse la garganta.
Y sin saber como está hoy, la imagino, entredormido, turbada y rascándose el costado izquierdo de la cara como cuando las situaciones tensas la ponían a decidir.
O anundándose las piernas, la izquierda en la derecha si está sentada, o balanceándose suavemente hacia adelante si es que está de pie.
Charlamos 10 minutos.
Casi formalmente. De hijos. Divorcios. Destinos geográficos alejados. Ni de cómo me encontró ni porqué quiso hacerlo.
Y no quedamos en nada. Ni en un e-mail. Ni en un nuevo llamado.
Al despedirse, costándole como siempre cortar, recordó cuando juntos, el siglo pasado, removiendo los discos que en su casa había tirados elejimos y escuchamos uno que aprendimos a cantar juntos, que era motivo de risas entre los que escuchaban, que jamás nos hubiera catapultado a la fama como dúo y que viejón entonces y mucho más ahora, cada vez que suena ( y no lo hace mucho) tiene su nombre, sus gestos y su voz.
Sensaciones que no se distraen y recuerdan, siempre, donde regresar.
Allá lejos y hace tiempo
Publicado por
mecano59
en
9/02/2007 04:27:00 p. m.
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